Dentro de la población de Vallfogona del Ripollès, se encuentra el Torrent de la Masica, una ruta impresionante que ofrece una serie de impresionantes saltos de agua.
Además, durante el recorrido, los visitantes pueden admirar la majestuosidad de la Font de la Tosca, una enorme roca que parece emerger de la nada. Todo esto ocurre en medio de un bosque con una paleta de colores vibrantes, lo que convierte a esta ruta en una de las mejores opciones para explorar la comarca del Ripollès.
¿Cómo llegar al Torrent de Masica?
Para llegar a Vallfogona del Ripollès desde Barcelona, es necesario tomar la C-17 en dirección a Ripoll. Luego, hay que desviarse hacia la N260A en dirección a Olot y seguir durante varios kilómetros hasta encontrar la entrada al pueblo. Si se está viajando desde Girona, la ruta más común es tomar la A26 hasta Olot y, desde allí, dirigirse hacia la N260A hasta llegar al desvío de Vallfogona.
¿Cómo es la ruta?
La ruta es bastante sencilla, con muy pocas dificultades, ya que gran parte del camino transcurre por pistas y el tramo del bosque está muy bien acondicionado. Nosotros optamos por realizar la excursión lineal al Torrent de la Masica, lo que implica volver por el mismo camino. Sin embargo, también se puede realizar una ruta circular que es más larga. La distancia de la ruta desde el aparcamiento del polideportivo es de 8,5 kilómetros, y la duración depende de las paradas que se hagan, pero en promedio se tarda alrededor de tres horas.
La ruta del Torrent de las Masica.
Comenzamos nuestra ruta saliendo del estacionamiento del polideportivo y tomando el camino asfaltado que se encuentra justo arriba. Allí, podremos ver algunas señales que nos indicarán el camino hacia nuestra primera parada: la Font de la Tosca. Continuamos por esta pista durante unos 15 minutos, hasta que llegamos a un desvío. En este punto, debemos abandonar el camino asfaltado y tomar el camino de tierra que se encuentra a la derecha. También podremos ver un poste de madera con indicaciones para llegar a la Font de la Tosca.
Después de avanzar unos 5 minutos, llegamos a una enorme roca de la que cae agua en frente de nosotros. Es sorprendente encontrar una fuente así en medio del camino, con una forma tan original, es realmente impresionante. A ambos lados de la Font de la Tosca, podemos encontrar unas escaleras que nos permiten pasar por el interior de la roca. Sin embargo, es importante tener cuidado ya que el espacio es pequeño y es necesario agacharse para poder pasar. Además, el suelo resbala bastante, lo que hace que te acabes mojando un poco, pero aun así, es una experiencia muy chula.
Después de haber pasado por dentro de la roca y disfrutado del espectáculo de la Font de la Tosca, tendremos dos opciones para llegar al Torrent de la Masica. La opción principal consiste en regresar a la pista y continuar subiendo. Sin embargo, justo antes de bajar de nuevo por las escaleras, podremos ver otros escalones a mano izquierda que suben. Si tomamos este camino, haremos la ruta en forma circular. Aunque es un poco más larga, en otoño o primavera puede ser una opción muy interesante. Sin embargo, debido al tiempo y al clima, nosotros decidimos no tomar esta opción.
Hacía el Torrent de Masica.
Después de haber disfrutado de la Font de la Tosca, bajamos las escaleras y volvimos a la pista principal para seguir subiendo hasta llegar al desvío que nos llevará al Torrent de la Masica. Para encontrarlo, solo hay que caminar por la pista unos diez minutos aproximadamente, hasta que veamos, poco después de una curva, un desvío a la izquierda con unas pequeñas escaleras y una señal indicando las diferentes rutas, entre ellas la que nos interesa, que es la del Torrent de la Masica.
A partir de este punto, nos adentramos en el bosque, un entorno precioso que en otoño debe ser espectacular, aunque en invierno no destaca tanto. Seguimos el sendero marcado y utilizamos unos puntos azules como referencia. Tomamos un primer desvío a la izquierda claramente señalizado y seguimos todo el tiempo paralelos al río. Finalmente, llegamos a un puente de madera que tenemos que cruzar, lo que significa que estamos muy cerca de la primera poza del Torrent de la Masica.
El Gorg del Baix.
Después de caminar unos pocos metros, veremos a nuestra derecha el Gorg de Baix, una pequeña charca que se encuentra congelada. La vista es espectacular. El salto de agua en sí no es muy grande, de hecho es el más pequeño de la ruta del Torrent de la Masica, pero verlo congelado es impresionante. Durante otras épocas del año, es una buena opción para darse un baño y refrescarse.
Si continuamos caminando unos cuantos pasos más, llegamos a la otra parte del Gorg de Baix, que es más alta y espectacular que la cascada anterior. En ese momento, estaba aún más congelada, lo que nos permitió caminar y estar casi debajo de la cascada, tocando el hielo. La verdad es que nos sorprendió mucho.
El Gorg de Dalt.
Continuamos por el sendero y enseguida encontramos un desvío a la derecha que indica Gorg de Dalt, y otro a la izquierda que lleva a la Bauma de Boer. Optamos por tomar el primero. Este gorg es más grande que el anterior y ofrece más espacio para admirarlo o incluso para bañarse en verano. Aunque durante nuestro paseo invernal, estaba completamente congelado y la sensación de contemplarlo así resultaba realmente cinematográfica.
Cascada de el Saltant.
Después de disfrutar de la poza anterior durante un buen rato, volvemos sobre nuestros pasos hasta el desvío y tomamos el camino de la izquierda que nos lleva a la Bauma de Boer. Avanzamos unos minutos hasta llegar al río, donde cruzamos sin dificultad por unas piedras. Continuamos caminando hasta llegar a la joya del Torrent de la Masica, la cascada de El Saltant.
La cascada es una maravilla espectacular, de gran tamaño y completamente congelada. Tuvimos la suerte de poder llegar justo debajo de ella, ya que estaba congelada. También subimos por el camino y llegamos a la parte superior, donde literalmente nos encontramos en el medio de la cascada. Fue una sensación increíble, aunque hay que tener cuidado de no resbalar. Quedamos con muchas ganas de volver en otoño para admirar todos los colores que ofrece la estación, seguro que es una vista de cuento de hadas.
Tras visitar los tres saltos de agua del Torrent de la Masica, llega el momento de regresar al coche. Nosotros decidimos retroceder por el mismo camino que habíamos seguido, pero existe la opción de continuar por un sendero que atraviesa la parte superior de la cascada y el bosque, siguiendo las marcas azules que nos conducirán a la Font de la Tosca.
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