Viajar con perro a Galicia

Si estás pensando en viajar con tu perro a Galicia, quiero darte mi experiencia para que estes preparado para lo que te encontrarás. ¿Seguimos?

Hace un tiempo, viaja con mi compañera Kitty, un pastor alemán con dogo por el que recorrimos media España. Uno de los lugares que visitamos juntos fue Galicia, concretamente.

Viajar con perros a Galicia.

Una de las cosas que me sorprendió, teniendo es que en Galicia me encontré con un ambiente mucho más tradicional de lo que esperaba. Los perros, siguen siendo una herramienta para el campo. Esto quiere decir que no es considerado un miembro familiar, como ocurre en Cataluña, por ejemplo.

Con esto no quiero decir que no haya personas/familias en Galicia que tengan un pensamiento igual, pero si que es cierto que en su mayoría nos encontramos con perros enjaulados en las afueras de las casas, en las que viven tranquilamente perros de más de 18 kg.

Mi experiencia en un restaurante de Galicia y mi perra.

Para muchos, les sorprende mi forma de cuidar o compartir mi vida con Kitty. En esa época, cuando estuve en Galicia, fuimos a un restaurante a comer. Normalmente, los restaurantes de toda España prohiben la entrada, aunque ahora este cambiando en algunos lugares.

La costumbre para mí, era sentarme en la terraza y pedir menú para mí y otro menú para mi perra Kitty. Para mi sorpresa, al pedir más menús de las personas que éramos, me preguntó para quién era y le comenté que era para mi perra… acto seguido se negó diciendo que no cocinaba para perros.

Para mí, esto es un claro indicador del pensamiento de los gallegos y los perros. No tengo en nada en contra, pero si quiero comprar un menú para Kitty, no creo que nadie tuviera que tener ninguna objeción mientras lo pague. Así que mi experiencia en si, fue negativa.

Mi experiencia en família de Galicia y mi perra.

Primer contacto.

Viajando por Galicia, fuimos a bastantes lugares. A la torre de Hércules, a Vigo, a Pontevedra… en fin, casi toda Galicia. Nos quedabamos a dormir en campings, ya sabemos que los hoteles y los perros no es que se lleven muy bien, y la manera más sencilla era dormir en el suelo húmedo de Galicia.

En una de nuestras excursiones, fuimos a visitar a una familia con la que en esos momentos teniamos relación. Eran amables, pero tenían una norma: el perro no puede entrar en la casa. En este caso, quizás también soy algo especial, pero si Kitty tenía limitaciones, yo mismo me aplicaba las mismas limitaciones.

Después de estar un tiempo allí, nos invitaron a pasar la noche y yo pregunté si mi perra podría dormir conmigo. La respuesta volvió a ser negativa: no puede entrar en la casa. Amablemente, me negue a pasar la noche allí, porqué Kitty y yo dormiamos juntos, y no entraba en mis planes dejarla fuera.

Se quedaron sorprendidos, y no acabaron de entenderlo. Finalmente, nos marchamos, quedando para ir a otros lugares de Galicia y Portugal los siguientes días.

Segundo contacto.

Fuimos a uno de esos pueblos que estaban llenos de fiestas. Era entretenido y curioso con funambulistas y otros feriantes. A la hora de comer, escogimos comer algo al estilo “street food” de las paradas de la calle. Y para su sorpresa, vieron como Kitty comía de mi mano con tranquilidad y masticando. Para ellos, eso fue un espectáculo muy curioso, como algo totalmente único.

Después de conocer un poquito a mejor a Kitty, durante nuestra excursión, cambiaron radicalmente el chip. Ese asombro que tenían por Kitty, se convirtió en aceptación y estaban encantados de comprarle comida (cuándo su idea era que los perros debían comer sobras) y le daban de comer mientras repetían: ¡mira como mastica como nosotros!

Conclusión de viajar con perro a Galicia.

Si alguien ha leído y piensa que crítico a los Gallegos por la forma en la que tratan los perros al viajar a Galicia, no es el mensaje que quiero dar. Lo que quiero hacer entender, es la cultura de allí puede ser bastante diferente a los que estamos acostumbrados a que el perro es un miembro familiar, especialmente aquellos que venimos de la ciudad.

Considero que son personas amables, quizás un poco secas al principio, pero que son buenas personas. Que puedes tener alguna mala experiencia si no vas a lugares turísticos en los que están más acostumbrados a tratar con personas de otras provincias y mentalidades. Sin embargo, es un lugar bonito para visitar, y si tienes la suerte de compartir tiempo con los lugareños te sentirás arropado.

Viajar con perro a Galicia es fácil, pero quizás nos encontraremos con personas que no piensan igual que nosotros, y no debemos dejar que nos arruinen el viaje.

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