El bosc viu dels cagatió o Tions.

¿Te has preguntado que son los cagatió de Cataluña? O de ¿dónde vienen? Pues hoy te traigo una ruta que no te puedes perder para conocer los cagations y presentarlos a los más pequeños de la casa.

La experiencia de conocer los Tions.

Si eres de los que le gusta ir a Andorra durante el invierno, este bosque puede ser ideal para tener un plan en familia, la ruta está preparada para niños de 3 años y dura unos 10 minutos.

En la entrada, nos encontraremos con el gran tió gigante y una esquila. Deberás tocarlo, para poder asustar a las brujas, aunque prefiero pensar que en realidad es para hacernos amigos del pueblo de los Tió. No hay que olvidar que somos extranjeros en sus tierras.

Si quieres conocer más, o ponerte en contacto con la agencia de turismo de Andorra.

La leyenda del bosque dels cagatió.

¿Sabíais que había una época en la que los árboles vivían muy felices y ayudaban a los campesinos de Ordino? Eso fue cuando los humanos y los árboles se cuidaban unos a otros. Los humanos, acicalaban y retiraban las partes innecesarias de los árboles, lo que podían provocarles incendios, y los árboles a cambio le daban sus ramitas para que los humanos pudieran calentarse en invierno y poder comer caliente sus ollas de sopa de galets.

Una noche de luna llena, una jóven bruja paseó por el pueblo. Era una época en la que no era necesario Halloween para poder ser uno mismo. Esa bruja, adoraba la naturaleza y entendió que los humanos se aprovechaban de los pinos al quemar sus remas solo por su beneficio. Así que conjuró “balabim, balabam, tus ramas jamás arderán”. Algunos dicen que los árboles no cedieron al embrujo, sin embargo, siempre he creído que la bruja era mucho más lista de lo que muchos pensamos.

¿Sabéis que? Las ramas empezaban a crecer de una manera muy diferente, como pequeñas patitas. Y es que, la amistad se volvió mucho más fuerte, los aldeanos dejaron de quemar sus ramas y los jóvenes pinos traían regalos y comida a los aldeanos por toda la ayuda ofrecida.

La leyenda cuenta que en este bosque los árboles vivían muy felices y ayudaban a los campesinos de Ordino ofreciéndoles ramas en invierno para calentar sus hogares y cocinar. Una noche de luna llena, una bruja paseaba por el pueblo y, al ver la felicidad de los campesinos y lo agradecidos a los pinos, lanzó un maleficio al bosque para pedir que las ramas de los pinos dejaran de quemar. Pero el bosque era mucho más fuerte y la bruja no logró su propósito, sino todo lo contrario: empezaron a crecer pinos más fuertes, especiales, con caras y mantas, y de sus ramas crecían muy diferentes. Y estos tions ayudaron aún más a los campesinos, ya que, en lugar de quemarlos, les ofrecían comida y regalos

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